Hoy es un día más de tantos, pero un día menos hacia la culminación de todas las cosas. Mientras la gente de este mundo sigue pensando en sus propios proyectos, el Creador, eterno e inmutable, ha previsto de antemano el glorioso final de su gran propósito. La caída del hombre había llevado a que fuese necesaria la manifestación de una expresión de su soberanía, lo que conocemos como el Reino de Dios. ¿Qué es lo que falta para que éste venga, elimine lo malo y ensalce lo bueno? Analicemos algunas cosas que considero importantes para nuestra reflexión y claridad de mente. La historia no pasó en vano.
Unos tres años después que el general Tito atacase Jerusalén, Masada cayó. Este evento marcó el final de la guerra de Roma contra los judíos. Dice la historia que al final, los últimos rebeldes se suicidaron. La caída de esta ciudadela ocurrió, según se sabe, al tiempo de la Pascua del año 73. Dice la
Wikipedia:
Flavio Josefo da como fecha tradicional de la caída de Masada el día 15 de Jántico o Nisán, el primer día de Pésaj, del quinto año de la rebelión judía, el año 3833 en el calendario hebreo. En el calendario juliano esta fecha se ubica en el mes de abril del año 73, pudiendo corresponder a días tan dispares como el 14, el 16 o incluso el 10 de abril.
UN PARALELISMO SIGNIFICATIVO
El Mesías, el Hijo del Hombre, está conformado principalmente por Jesús glorificado, y también forman parte de él los 144.000 miembros de su cuerpo espiritual. Estos componentes están ya siendo completados en nuestros días. La plenitud de estos futuros reyes y sacerdotes, que reinarán por 1.000 años con Jesús, será alcanzada precisamente cuando estalle la Gran Tribulación. Así lo da a entender Revelación 7. A continuación, vendrán los toques de las trompetas. Tal como sucedió en los días de Josué, así será. "Babilonia la Grande", la Gran Ramera, la Jericó de hoy, será demolida al finalizar el toque de estas trompetas. Esta Gran Tribulación es un período de aflicciones, comparable a los dolores de parto de una mujer. Al finalizar estos dolores, el Reino de los cielos llegará a ser una realidad. ¿Cuánto tiempo tendría que durar esta fase de calamidades anunciadas por las siete trompetas? Al parecer, durará los tres años y medio que Daniel 7, y Revelación 11, 12 y 13 mencionan en la forma de tres Tiempos y medio, 1.260 días y 42 meses.
Yehóvah dio testimonio en el pasado sobre la manera cómo él trae juicio contra este mundo. Lo hizo mediante la nación de Israel. Ésta tuvo un primer final cuando los babilonios trajeron desolación a Judá, en el año 586 a.E.C. Aquí vino, por decirlo así, una "muerte primera" para los judíos, pero estos resucitaron, y así pudieron reedificar, con la aprobación de Dios, el templo en Jerusalén, unos 70 años después de haber desaparecido. Siglos después, con la desolación que trajeron los romanos en el año 70 E.C., llegó la "muerte segunda" para los judíos. De esta muerte no volvió a renacer ningún Israel natural. Para ellos, este final fue comparable al Diluvio. Jesús mismo hizo la comparación en su gran profecía sobre el fin de los tiempos.
Fijémonos ahora en la forma cómo se dieron los eventos al desaparecer la nación. En primer lugar, los ataques de Roma comenzaron después de la Fiesta de los Tabernáculos. El historiador judío Josefo dijo que Cestio Galo comenzó a atacar a Jerusalén el día de Asamblea Solemne, el 22 de Etanim del año 66. Para el día 5 de Bul, los ejércitos de la Bestia de turno llegaron a horadar el muro del templo de Yehóvah, un evento que sin duda fue como una señal para los cristianos de aquellos días: La Abominación de la Desolación, el conjunto de los estandartes idolátricos de los ejércitos romanos, ya estaba colocada peligrosamente en el lugar santo de Jerusalén. Ahora tendrían que saber que el tiempo para el juicio contra Jerusalén había llegado. No podían quedarse allí. Tendrían que organizarse y huir a las montañas. Esto, sin duda, debió de ocurrir en poco tiempo.
Inesperadamente, Cestio Galo se retiró. La destrucción de la ciudad no llegó en aquel otoño del año 66. Los judíos llegaron a creer que Dios los había protegido de estos paganos. Sin embargo, las cosas se pondrían muy feas con el paso de los días, pues la Bestia siguió aplastando y causando estragos por todos los alrededores de Jerusalén. Aparte de ello, Jerusalén se sumió en el caos por dentro, hasta el punto de ahorrarles esfuerzos a los romanos para acabarlos luego. Durante los siguientes tres años y medio, hubo tumultos políticos importantes en el escenario general de Roma. A la mitad de este tiempo, el emperador Nerón murió, y entonces, entre el 68 y el 69, tres presuntos sucesores fueron cayendo uno tras otro, en cierto sentido humillados por un "cuerno" nuevo que salió victorioso. Este "cuerno" fue el general Tito, hijo del nuevo emperador de Roma, Vespasiano, quien llegó a ser el cuerno número 10 de la historia de los Césares. Tito, un general importante de Roma, tuvo que ejercer el predicho papel de destructor de Jerusalén y el santuario en el tiempo señalado. Actuó como un anticipo de la Bestia de Revelación 13, al final de cuentas, y seguramente nunca lo supo.
Una de las razones por las que muchos seguidores de la profecía no ven a estos 10 cuernos claramente identificados en los días de la Roma del primer siglo, es que no toman en cuenta que el primer cuerno no fue el primer emperador, sino el que antecedió a César Augusto, a saber: Julio César, quien se había erigido en mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar
Dictator perpetuus (dictador vitalicio). Él, como fundamento de la dinastía, llegó a ser el primer "cuerno". Así pues, tenemos a los seis primeros cuernos provenientes de la dinastía Julio-Claudia, entre el 27 a.E.C. y el 68 a.E.C.
- Julio César.
- Augusto.
- Tiberio.
- Calígula.
- Claudio.
- Nerón.
[Es de interés ver cómo es que se bosqueja la existencia de un período de 100 años entre 27 a.E.C. y 74 E.C. En la parte final de este período, en el año 73, las guerras de Roma contra los judíos concluyeron.]
Luego que murió Nerón, el sexto "cuerno", hubo tres sucesores que no llegaron a gobernar ni siquiera por un año: (7) Galba, (8) Otón y (9) Vitelio. Estos tres "cuernos" fueron arrancados de raíz, sin posteridad. El décimo cuerno llegaría a ser Vespasiano, el padre del general Tito. Él gobernaba durante los días de la desolación de Jerusalén, pero su hijo lo representó ahora como un "cuerno"inferior, sin dominio. Este hijo, "pequeño" por no ser emperador, llegaría a sucederle después, así que al final de cuentas llegaría a ser el undécimo "cuerno". Él fue el que destruyó el santuario y la ciudad, el caudillo que trajo la desolación final sobre los judíos. La dinastía Flavia, conformada por Vespasiano, Tito y Domiciano cerró la historia del primer siglo para Roma. Pero para los judíos, su historia finalizó entre los años 66 y 73 E.C.
Ahora bien, si lo pensamos con detenimiento, parece que en este período que comenzó entre el otoño del año 66 y culminó en la primavera del 73 E.C..,están esencialmente las 2.300 "tardes mañanas" de Daniel 8, en el caso del fin de la era de los judíos su fin. ¿Dónde más podría caber esto en el pasado? No olvidemos que Daniel el profeta, hizo una obra para testimonio de los judíos, y luego Jesús enlazó sus palabras con el fin de la era del templo y la ciudad. Así pues, en definitiva, lo que pasó cuando Dios trajo juicio contra Jerusalén tuvo que haber cumplido, de alguna manera, todas las profecías de Daniel en una escala menor. Puede que muchos no lo vean así, pero los que confiamos en la Palabra de Yehóvah no nos hemos rendido.
A decir verdad, el razonamiento de tomar como punto de referencia la Pascua del 73 toma fuerza cuando consideramos que unos 2.020 años atrás estuvo el mes de Abib de 1948 a.E.C., el principio de los 11 Tiempos del Pacto Abrahámico, cuando Abrahán abandonó Ur de los caldeos por mandato de Yehóvah. Esta fecha es inmovible, porque Jesús murió en Abib del año 33, unos 5,5 Tiempos después de aquel inicio. Téngase en cuenta que en el centro de estos 2.020 años está la obra de Elías, en la primavera de 938 a.E.C., precisamente 2.400 años después de la obra de Enoc. Además, que el fin de la guerra contra los judíos llegase en la forma de un suicidio colectivo en el día de la Pascua, unos 40 años después del 33... Eso significa mucho para quienes observan los detalles en la cronología sagrada.
Así pues, teniendo en cuenta este criterio, parece que las 2.300 "tardes mañanas", en el caso de los judíos, comenzó en la parte final del año 66. Josefo registró que Cestio Galo atacó el muro del templo el día 5 de Bul. En aquel año, al parecer, el 5 de Bul fue el 10 de noviembre. Luego, se retiró. Los cristianos tendrían que haber discernido que la profecía de Jesús se estaba cumpliendo casi de inmediato, así que comenzaron su huida de Jerusalén. En algún momento, entre la aparición de la Abominación de la Desolación, y la huida de la ciudad hacia las montañas, probablemente comenzó la cuenta de las 2.300 "tardes mañanas".
- Nota: Parece que en el año 66, fue tomado como 1 de Abib el día 13 de abril (calendario solar astronómico). Esto haría que el 1 de Etanim coincidiese con el 7 de octubre. En consecuencia, el día 5 de Bul del año 66 habría coincidido con el 10 de noviembre.
Una posibilidad a tomarse en cuenta para el entendimiento sobre este asunto, y me parece que tiene mucho sentido, está en el lenguaje de la predicción de Daniel:
”Y desde el tiempo en que el [rasgo] constante haya sido removido, y haya habido una colocación de la cosa repugnante que está causando desolación, habrá mil doscientos noventa días. (Daniel 12:11.)
Los 1.290 días comenzarían cuando se diesen dos condiciones: El Rasgo Constante habría sidon removido y ocurriría una colocación de la Abominación de Desolación. Jesús había invalidado los sacrificios del sistema de los judíos con su muerte en el año 33. Desde aquel entonces, el Rasgo Constante ya no era el servicio de los judíos, sino el que efectuaban los cristianos. De hecho, Pablo dio a entender eso en su carta a los mismísimos cristianos de Jerusalén:
Mediante él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre. (Hebreos 13:15.)
Así pues, si tomamos en cuenta que el Rasgo Constante es el servicio público de los cristianos, quienes durante todos los años pasados habían hecho declaración pública del nombre de Dios y la venida del Día de Venganza, entonces la obra de testimonio de estos cristianos tendría que haber cesado en Jerusalén cuando comenzaron a abandonar la ciudad. Es posible que en su salida, ya fuera de la ciudad, los cristianos siguieran hablándole a la gente sobre el fin inminente de la ciudad. Quizás algunos les creyesen, mientras que otros no. De todas maneras, la ciudad se convertiría en un lugar peligroso para ellos, pues podrían ser tomados como desertores o traidores, así que tendrían que cesar de dar su testimonio. Entonces, a partir de esa salida, se contarían los 1.290 días. Pero, ¿cuándo pudo ser ese día clave para el principio de esta cuenta regresiva?
La clave para entender esto, pienso, está en la otra parte de la profecía:
”¡Feliz es el que se mantiene en expectación y que llega a los mil trescientos treinta y cinco días! (Daniel 12:12.)
La diferencia entre 1.290 y 1.335 días es 45 días, o sea un mes y medio. Probablemente, 45 días después del 10 de noviembre, es decir, el 25 de diciembre del año 66, comenzó la cuenta de los 1.290 días. Y entonces, allí, formalmente, también comenzó la cuenta de los 2.300 días finales para la era de los judíos. ¿Puede desmostrarse eso? En realidad, parece que hemos dado en el clavo con un margen de error de dos días. No ha sido fácil deducirlo, pero el que busca encuentra.
Avancemos 2.300 días desde el 25 de diciembre del año 66. ¿A dónde llegaremos? Estos 6 años solares y 108 días culminan el 12 de abril del año 73. Hice los cálculos correspondientes y supe que hubo luna nueva el 25 de marzo aquel año. Esto hizo que el 1 de Abril fuese el 27 y, en consecuencia, el día de la Pascua vendría 13 días después, es decir, el 9/10 de abril.
Veamos. La Pascua fue el 10 de abril y los 2.300 días terminaron el 12 de abril del 73. En esencia, hablamos del aniversario de los días del sacrificio y resurrección de Jesús, eventos que habían tenido lugar unos 40 años atrás. ¿Podría haber mejor coincidencia que esa? La caída de Masada, sin duda, pienso yo, debió de marcar un punto de referencia válido para el fin de toda una era.
En lo que respecta al final de los 1.290 días, éste parece haber llegado más o menos al tiempo en el que se cerraron todas las posibilidades de escapar de Jerusalén. Recuérdese que Jesús había dicho que los enemigos de la ciudad edificarían alrededor de ella una fortificación de estacas puntiagudas, algo que ocurrió entre mayo y junio del año 70 E.C. Después de esto, solo quedaría golpe tras golpe, hasta un exterminio del santuario y la ciudad.
Ahora bien, si este patrón se mantiene, entonces hemos de intuir que los 1.335 días comienzan 45 días añtes que los 1.290 días, y que los 1.290 días son, prácticamente, el principio de las 2.300 "tardes mañanas" finales. ¿Podría ocurrir de esa manera en nuestros tiempos?
HACIA EL AÑO 2020
Hay una señal cronológica que nos dice que entre el engendramiento/nacimiento de Arpaksad (2369/2368 a.E.C.) y el fin de los tiempos de las naciones (2020 E.C.) hay 4.387 años y medio. Este período es la suma de 2,5X y 2X, siendo X = 975 años. Puede parece un asunto de locura matemática verlo así, pero se deduce esto de la realidad antigua. Adán murió a los 2,5 Tiempos desde su creación, y el Diluvio llegó 2 Tiempos después. El bosquejo de esta idea indirecta nos llevó a esta conclusión. Luego, por intuición, dedujimos que la muerte de Adán tuvo que representar el fin de la era de los judíos, en la escala mundial, mientras que el Diluvio es el fin de toda la historia del mundo alejado de Dios. Y Arpaksad es un buen punto de partida para la cronología del mundo actual.
Ahora bien, entre los eventos del año 70 y 2020 están esos 2X años, es decir, 1.950 años. Este número tendría que ser relativamente exacto, así que podría deducirse que las plagas finales probablemente sean derramadas en 2020, después de la Pascua. En consecuencia, los últimos tres años y medio de la Gran Tribulación podrían comenzar en la parte final del año 2016.
Cuando descubrimos que había 2.300 años completos entre Etanim de 2886 a.E.C., cuando murió Enós, y Etanim de 586 a.E.C., cuando vino la desolación de Judá, tuvimos que interpretar inequívocamente que las 2.300 "tardes mañanas" necesariamente tienen que terminar cuando la Era del Pacto Abrahámico finalice. ¿Cuándo ocurrirá esto? Usemos el sentido común y tomemos en serio el siguiente razonamiento.
El Pacto Abrahámico tiene como objetivo lograr la plenitud de los 144.000 miembros de la verdadera Simiente de Abrahán. Estos son el cuerpo del Mesías. Todavía no se ha completado este número, pero ya no falta casi nada. También,el Pacto Abrahámico, según la evidencia cronológica, se extiende por un período de 11 Tiempos, ó 3.960 años, en cuyo centro está el sacrificio del Mesías. Estos 11 Tiempos fueron representados por el sacrificio que presentó Abrahán en Génesis 15.
Es invariable, hasta ahora, el conocimiento de que Jesús murió en Abib del año 33. Luego, a partir de ello, los 11 Tiempos tuvieron que comenzar en Abib de 1948 a.E.C., ó, si se quiere, medio año antes (si se toma en cuenta el cambio del principio del año que hizo Yehóvah al tiempo del Éxodo). Luego, tenemos tres años y medio para que la congregación cristiana se estableciera. Entre el Pentecostés del año 33 y la parte final del año 36, solamente judíos y prosélitos entraron en el nuevo Israel. Entonces, llegó el día señalado en el que Pedro bautizó a Cornelio, el primer gentil que se hizo cristiano. Por fin, la congregación cristiana tenía sus fundamentos bien establecidos. Los dos panes simbólicos que tenía que presentar Jesús ante su padre estaban ya puestos en su presencia. Judíos y gentiles tenían ahora la perspectiva de ser parte del Reino del Mesías.
A lo que quiero llegar, estimados lectores, es que todo apunta a que el verdadero centro de estos 11 Tiempos no fue un día de Abib del 33, sino un entero lapso de tres años y medio, durante el cual se dio forma al Israel espiritual. Entonces, desde la parte final del año 36, comenzó la segunda mitad de estos 3.960 años. Así pues, podría darse el caso de que éstos culminen en la parte final del año 2016.
Recordemos también la profecía de las 70 Semanas. Esta profecía tenía como objetivo ver cómo se construye la verdadera Jerusalén, la espiritual. Según lo que se sabe, estas 70 Semanas de años acabaron en el otoño del año 36, media "semana"después del sacrificio de Jesús. Así que parece claro que el verdadero punto de referencia para saber cuándo viene el final está en el otoño del 36. No parece casualidad que 30 años después de ese tiempo, como si se alcanzase la madurez para el cuerpo del Cristo, comenzara el juicio contra los judíos, en el otoño del 66.
A propósito, la Biblia dejó como testimonio que el principio de las 70 Semanas en realidad tuvo que ver con el arreglo fidedigno de los judíos de volver a observar la Ley de Moisés, el 24 de Etanim de 455 a.E.C. Esos sacrificios y ofrendas cesaron a las 69,5 Semanas, en Abib del 33. Luego, el resto del tiempo que quedó hasta la culminación de las 70 Semanas, debió de terminar en la parte final de Etanim del 36 E.C. Lo que ocurrió 30 años después da testimonio de ello, pues Cestio Galo comenzó su ataque a la ciudad el día 22 de Etanim, el Día de Asamblea Solemne. Tiene sentido, desde el 24 de Etanim del 455 a.E.C. hasta el 22 de Etanim del 66 E.C. hubo 490 años y 30 años más.
Hoy estamos en Abib de 2016. Hay quienes dicen que la verdadera Pascua judía es en la parte final de este mes. Si estamos desfasados medio año, quizás algo ocurra entre abril y mayo, de modo que las cosas se aclaren. Pero si no es así, probablemente tengamos que mirar con mucho cuidado los eventos que tendrán lugar a partir de la parte final de Etanim de 2016. Si la secuencia de los eventos del pasado se mantiene, y si hemos dado en el clavo en el entendimiento sobre los 1.290 días y las 2.300 "tardes mañanas" que comenzaron a fines del año 66, quizás tengamos el fin de la Era del Pacto Abrahámico llegando en la parte final de este año.
QUÉ OCURRE A CONTINUACIÓN
Reiteramos lo que entendemos que ha de venir. El sellado de los 144.000 esclavos de Dios se completará y entonces comenzarán los tres años y medio de pruebas y zarandeos hasta que el Hijo del Hombre llegue en su gloria. El Reino que nace será perseguido por 42 meses, pero será protegido por Yehóvah. Cuando los escogidos que están profetizando en la Tierra culminen su labor de tocar las siete trompetas, serán llevados con su Amo. Entonces comenzará la fase final. Glorificados como sacerdotes y reyes, participarán con su Amo en derramar las plagas finales sobre este mundo, hasta que todo vestigio de maldad y corrupción se haya eliminado.
Nosotros nos hallamos frente a ese panorama. Solamente esperamos que en un día señalado, que sólo Dios ha conocido desde hace milenios, la Simiente Prometida esté completa y lista. Esperamos ver a los Dos Testigos, la clase Benjamín, representando a Yehóvah dignamente como miembros del cuerpo de Jesús. Miembros de esa clase ya están entre nosotros, pero su sellado final todavía no ocurre. Será un privilegio seguirles y ver la manera cómo Dios establece la culminación de su gran propósito de bendecir a la humanidad. Nunca olvidemos que, al final de cuentas, la Gran Tribulación no es un simple espectáculo. Más bien, es un tiempo para que probemos de qué estamos hechos realmente. Es un tiempo para usar discernimiento y aprender la verdad como nunca antes.