Cuando Israel salió de Egipto, Yehóvah cambió el principio del año de Etanim a Abib, es decir, del otoño a la primavera. Antes del Diluvio, según se entiende, los años comenzaban en Etanim, y eso hacía que Abib fuera el séptimo mes. Desde 1513 aEC, el mes de Abib es el primer mes, mientras que Etanim es el séptimo.
Esta realidad bíblica nos muestra que hay dos principios del año. Y esto se parece a lo que sucede con los días regulares. Un año tiene su atardecer, que es el otoño; y tiene su amanecer, la primavera. Esos son los equinoccios. En ese sentido, también hay un mediodía, el solsticio de verano, y una medianoche, el de invierno. Y así como los judíos tienen un principio formal del día después de la puesta del sol, mientras que los gentiles empezamos el día a la salida del sol, así sucede con los años.
Ahora bien, es evidente que el principio FORMAL de la cuenta del tiempo es Etanim, y es por ello que existe esta coincidencia en el 1 de Etanim de 4026 aEC: Ese es precisamente el primer día del otoño. ¿Y cómo lo sé? Por simples matemáticas. Veamos.
Tomando como referencia, para conveniencia en el cálculo, que el equinoccio de primavera de 2015 (20 de marzo) coincidió con la luna nueva, sabemos que unos 6040 años solares hacia el pasado (4026 aEC) contienen 2'206.063 días. Y vemos que dentro de este período están contenidos 74.704 ciclos de fases lunares, es decir, 2'206.053 días. De ese modo percibimos una diferencia de 10 días.
Eso quiere decir que hubo luna nueva 10 días después del equinoccio de primavera. Medio año solar después es 182 días y medio, y seis meses lunares después es 177 días, lo cual nos permite saber que hubo luna nueva al tiempo del equinoccio de otoño.
Para entender esto, consideremos que 10 días después de la luna nueva de 4026 aEC fue el 30 de marzo. Desde allí contamos 177 días y llegamos al 23 de septiembre. Esto haría que el primer día del mes lunar que corresponde sea el 24/25 de septiembre. Ése fue, sencillamente, el 1 de Etanim. Con este cálculo se deduce que el primer día formal de Adán fue el primer día del otoño de 4026 aEC.
Ahora bien, cuando contamos 604.900 días hacia el futuro, es decir, 1656 años y 59 días, llegamos al tiempo de la salida de Noé del Arca, después del Diluvio. Según la Biblia eso ocurrió en el día 27 del segundo mes, o poco después, del año 601 de Noé. Puesto que para Noé cada mes tenía 30 días completos, entonces, se llega a la conclusión que antes del Diluvio los años tenían 360 días.
Y ahora veamos esto: Al completarse los 1656 años desde el equinoccio de otoño de 4026 aEC llegamos al equinoccio de otoño de 2370 aEC; y entonces se cuentan 59 días hasta el 27 de Bul. ¿Tiene sentido? Para entenderlo usemos fechas.
Si el equinoccio de otoño en 2370 aEC fue como el 22/23 de septiembre, entonces 59 días después nos llevan al 20/21 de noviembre. Y si el 1 de Etanim fue el 24/25 de septiembre, entonces el 1 de Bul fue el 24/25 de octubre y, en consecuencia, el 27 de Bul vino 26 días después, o sea, el 19/20 de noviembre.
Ahora comparemos los datos. Los 604.900 días culminaron el 20/21 de noviembre. Y el 27 de Bul fue el 19/20 de noviembre. ¿Existe una diferencia en realidad? Parece que no, porque una cosa es lo que dice el registro, que el día 27 del segundo mes la tierra quedó completamente seca, y otra, que después de eso Yehóvah le dio el mandato a Noé que saliera del Arca. En otras palabras, la Biblia no dice directamente que Noé salió del Arca el mismo 27 de Bul, sino que las condiciones fueron por fin propicias para que Noé saliera. Y esto pudo haber ocurrido al día siguiente, o medio día después.
Esto me permite ver evidencias de que hasta el fin del Año del Diluvio, que duró 370 días, los meses tenían 30 días de duración. Y esto, al fin de cuentas, nos lleva a entender algo más importante.
LA TRANSFORMACIÓN DE ADÁN
Hemos sabido, por simple comparación, paralelismo y correspondencia, que Jesús murió un día parecido al día en el que Adán cayó. Ese día fue el 14 de Abib, a la mitad de la tarde. Luego, por su fidelidad, Jesús fue transformado en un ser espiritual al tiempo de su resurrección, el 16 de Abib. En el caso de Adán, él fue transformado en un ser imperfecto, condenado a la muerte. ¡Qué tal contraste! Y es probable que eso ocurriese el 16 de Abib también. A propósito, sirve como evidencia de esto que unos siete Tiempos después de su expulsión del Jardín de Edén, el Príncipe del Ejército de Yehóvah se apareciera ante Josué, el 16 de Abib de 1473 aEC.
Ahora bien, miremos a otro lado. El número de varones que componían la nación de Israel al tiempo del Éxodo, a saber, 603.550, representa un período de tiempo que corresponde con Adán. Y en este número está implícito un número escondido multiplicado por 50, porque la composición de estos 603.550 se basa en la suma de las cantidades que componían las doce tribus de Israel, cantidades que fueron múltiplos de 50. Por lo tanto, en esas 603.550 unidades hay la representación de 12.071 días.
En términos de años solares, 12.071 días son la representación de 33 años y 18 días. Llevemos esta información al caso de Adán y su transgresión y transformación. Es curioso lo que obtenemos.
Si Adán fue degradado el día 16 de Abib, entonces ese día tuvo que ser, si usamos como base que la luna nueva coincidió con el equinoccio de un 20/21 de marzo, el día 7/8 de abril, porque el 1 de Abib habría sido el 22/23 de marzo. Luego, si los 33 años de Adán terminaron en el equinoccio con luna nueva, entonces los 18 días que cierran los 12.071 días culminaron también el 7/8 de abril. La coincidencia es interesante, pues nos permite deducir que Adán en realidad comenzó su existencia en un equinoccio con luna nueva.
DIFERENCIANDO
La evidencia apoya que Adán comenzó la cuenta de sus días el día 1 de un primer mes. Según lo entendemos, este mes fue Etanim. Luego, entendemos que Adán fue degradado y expulsado un día 16 del primer mes. Puesto que en los días del Éxodo ese primer mes fue Abib, asumimos que en el caso de Adán su expulsión ocurrió también en Abib. Sin embargo, en 3993 aEC el mes de Abib no era el primero, sino el séptimo.
Existen, por lo tanto, dos posibles conclusiones:
(1) La expulsión de Adán ocurrió en Abib de 3993 aEC, siete Tiempos antes de Abib de 1473 aEC, lo que significa que Adán comenzó su vida al tiempo del equinoccio de primavera de 4026 aEC.
(2) La expulsión de Adán ocurrió en Etanim de 3993 aEC, porque éste era el primer mes del año en sus días, lo que significa que Adán comenzó su vida al tiempo del equinoccio de otoño de 4026 aEC.
Esta aparente ambigüedad no debería confundirnos, porque el primer año formal de Adán comenzó realmente en Etanim de 4026 aEC, precisamente 3.000 años antes de la inauguración del templo de Yehóvah (Etanim de 1026 aEC). Gracias a esta información es que asumimos que el final de la historia del hombre ocurrirá al llegar Etanim de 2024. Pero si Yehóvah toma como referencia Abib de 4026 aEC en su forma de medir el tiempo para nosotros, entonces el cierre ocurrirá medio año antes. Aún así, el principio formal del año 6050 sería de todos modos Etanim de 2024. A menos que...
EL MOTIVO DEL REAJUSTE DEL AÑO
Actualmente nuestro calendario sigue tomando Abib o Nisán como mes primero. Sabemos esto porque la Cena del Señor reemplazó a la Pascua judía. Es por ello que decimos aquí que el fin de la Era Abrahámica ocurre en esta mitad del año. Todavía Abib sigue siendo el principio del año, mientras que Etanim o Tishri es el séptimo mes. Sin embargo, esto probablemente cambie al llegar el fin de los tiempos.
Verán, estimados amigos, que lo que pudo haber ocurrido es una inversión de los polos al tiempo del Diluvio. Eso desplomó el dosel de agua durante cuarenta días, supongo. Y si así ocurrió en el pasado, entonces al tiempo de comenzar el Día de Yehóvah, cuando comience la cuenta de los 1350 días finales, habrá un cambio parecido, a la manera de un terremoto mundial. Y así podría suceder que la primavera ocurra en septiembre, mientras que el otoño en marzo.
Pudo suceder que en Abib de 4026 aEC era otoño, mientras que en Etanim, primavera. Pero eso es solo una especulación basada en probabilidades. Lo cierto es que es más probable que el fin se adelante medio año que se atrase medio año. ¿Por qué?
En 1513 aEC, antes del cambio en el calendario, Abib era el séptimo mes. Cuando se convirtió en el primero, no creo que el año comenzase de nuevo. Lo más lógico es que se acortase, de manera que el nuevo año se adelantó. Al llegar el cambio en nuestro tiempo, lo más coherente es que ocurriese lo mismo, de modo que eso explicaría por qué hay 6049 años y no 6050.
Digamos que el fin comienza en enero de 2021. En ese momento podría ser que el invierno se convierta en verano. Y así, en vez de continuar el año 2020-2021, más bien comience el año 2021-2022. Y así, en vez de llegar el final en 2025, el cálculo nos lleve, como ya se vio, a septiembre de 2024, que ahora sería de nuevo el primer mes.
Bueno, no es mi intención marearlos con esta información. Sé que habrá una restauración de todo, así que me parece lógico esperar un reajuste de condiciones en la Tierra.
Seguimos buscando la verdad final sobre este asunto.
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