Lo esencial se mantiene siempre

Hace más de 10 años comencé a investigar más de cerca la cronología bíblica. Mis investigaciones me llegaron a concluir que algunas ideas que se habían dado a conocer hace años tenían cierta validez, y a partir de allí empecé a deducir cosas que considero muy importantes.

En 1992, cierto estudiante de las Escrituras llegó a concluir que Adán había sido expulsado del Jardín de Edén cuando tenía 33 años. Puesto que la cronología que utilizan los testigos de Jehová, que se basa en razonamientos correctos, indicaba que Adán había comenzado su existencia en 4026 a.E.C., entonces se dedujo que la expulsión de Adán tuvo lugar en el año 3993 a.E.C. A partir de allí se obtuvo acceso a un descubrimiento trascendente: Hubo SIETE TIEMPOS (2.520 años) desde la expulsiòn de Adán del Jardín de Edén hasta la entrada de Israel en la Tierra Prometida (1473 a.E.C.).

Estos SIETE TIEMPOS fueron una clave que ayudó a descubrir otras. La siguiente fue que hubo también SIETE TIEMPOS desde que Yehóvah condenó al mundo antiguo a la extinción, unos 120 años antes del Diluvio (2491 a.E.C.) hasta el inicio de la obra pública de Jesús en Galilea (año 30 E.C.).

En esencia, los períodos de SIETE TIEMPOS comienzan con una restricción y culminan con cierta restauración por la mano del Mesías. En el primer caso, el Mesías vino en la forma del Príncipe del Ejército de Yehóvah, cuando se presentó ante Josué, con una espada desenvainada, listo para iniciar la conquista de la Tierra Prometida (el Jardín de Edén original). Investigaciones posteriores me ayudaron a entender que Israel es una representación colectiva de Adán, mientras que el Jardín de Edén original fue Palestina, cruzando el Jordán hacia el oeste.

Luego de revisar y revisar múltiples claves, pude entender, y creo que estoy en lo correcto, que hay tres elementos clave en la interpretación del propósito de Dios. Todos están en el principio. El Paraíso perdido es el lugar de sustento físico del hombre, el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo representa el Reino de Dios, y el árbol de la vida es el sacerdocio, el medio para alcanzar vida eterna. Estos tres elementos fueron representados, respectivamente, por la vid, la higuera y el olivo.

Otra clave importante está en el Santuario. El templo de Salomón fue una representación de Adán. De hecho, a los 33 años de existencia, ese templo fue profanado por el Faraón Sisaq, una figura de Satanás. Esos paralelismos ayudan a entender muchas claves cronológicas de la Biblia, y confirman, a grandes rasgos que Adán, efectivamente comenzó su vida en el año 4026 a.E.C.

Ahora bien, el Reino de Mil Años de Jesús es un Jubileo, y es de esperarse que comience en cierto año 50 desde Adán. Ese año 50 sería el año 6050 desde Adán. El año 1 de Adán comenzó en Etanim de 4026 a.E.C., así que el año 6050 comenzaría en Etanim de 2024 E.C.

Según la Ley de Moisés, el Jubileo comienza el día 10 de Etanim, y esa fecha, según se ve, en el año 2024, sería el 13 de octubre de 2024. [En 2024, la luna nueva de Abib coincide con el 8 de abril, lo cual haría que el mes de Etanim sea tardío.]

El fin de estos tiempos, al parecer, comienza siete años antes, es decir, en 2017.

Es posible que los 1290 días de Daniel 12:11 hayan comenzado el 17 de julio de 2017, pero todavía estamos a la espera del día del estallido de todos los eventos. A partir de allí podremos formarnos un mapa más claro de cómo se desarrollarán los últimos tiempos.

Los cuatro ángeles de Apocalipsis 7 han estado reteniendo los vientos de la calamidad. Estos mismos son los primeros cuatro ángeles que tocan las primeras cuatro trompetas, según el contexto de Apocalipsis 7 y 8. Su toque representa el estallido de la Gran Tribulación, eventos que preceden rápidamente al principio de los 42 meses del testimonio de los Dos Testigos.

Los 144.000 sellados ya deben de estar completándose, pues la última de esas 12 tribus simbólicas, Benjamín, ya está por nacer. Recordemos que Raquel murió al nacer este hijo, y a eso apunta la señal de Apocalipsis 12. Raquel representa el Pacto Abrahámico mediante los cristianos de los últimos tiempos, siendo José el Esclavo Fiel y Discreto, mientras que Benjamín son los últimos sellados que darán testimonio en la Tierra. El momento se acerca, sin duda.

Esperemos luz, si es la voluntad de Yehóvah, antes o al tiempo del estallido.